¿Cómo sanar el corazón roto?

Los sentimientos de dolor y pérdida que vienen con las rupturas, las muertes o incluso con las grandes transiciones de la vida, pueden dejarnos con sensaciones de tristeza profunda, miedo, ansiedad, derrota, y muchas otras emociones complejas, es decir, nos dejan con el corazón roto.

Además de provocar estas emociones, Las pérdidas de cualquier tipo, pueden  incluso generar dolores físicos. Como seres humanos, estamos naturalmente programados para relacionarnos con otros. Es por eso que experimentar la pérdida de una relación cercana, de cualquier tipo,  es devastador y trascendental para nosotros.

Cuando nos sentimos emocionalmente cercanos a alguien o a algo, nos sentimos validados, lo consideramos en nuestro futuro y hace parte de nuestro sentido de identidad. Todo eso desaparece cuando termina la relación, lo que puede ser muy desorientador, ya que el futuro que habíamos proyectado y nuestra identidad tal cual y como existía, desaparecen.  

Este tipo de trastorno genera muchas emociones, como la negación, la rabia y la depresión entre otros, pero también puede causar síntomas físicos. Diversas investigaciones han encontrado que el «síndrome del corazón roto», realmente existe. Es un tipo de condición cardíaca, que ocurre en medio de un intenso estrés emocional. 

¿Cómo podemos sanar el corazón roto?

1. Permitiéndonos atravesar el proceso de duelo.

Uno de los mayores errores que cometemos cuando experimentamos una pérdida de cualquier tipo, es reprimir o evitar las emociones difíciles que la situación nos genera. Toda pérdida genera diferentes emociones y todas son válidas. El dolor no es cuestión de ser valientes, es cuestión de ser humanos.  Si nos permitimos atravesar las emociones dolorosas en el momento, se van a ir procesando. La clave está en el medio: ni dejarnos estancar por ellas, ni pretender evadirlas. Las emociones que no nos permitimos sentir no desaparecerán por arte de magia ni del tiempo… terminarán apareciendo de otras maneras,  por lo general muy nocivas, a futuro. 

2. Fomentando hábitos y rutinas saludables.

Puede parecer todo un reto pensar en salud y bienestar cuando tenemos el corazón roto. Pero es precisamente lo que debemos hacer. Es en ese momento cuando los hábitos saludables realmente marcan la diferencia. Todos sabemos los maravillosos efectos del ejercicio en nuestro cuerpo con la liberación de endorfinas, todo lo que nos puede aportar una buena nutrición para llevar el momento y la sensación de tranquilidad que nos puede dar una actividad que disfrutamos. Todos son especialmente necesarios cuando estamos con el corazón roto. 

3. Permitiendo las contradicciones. 

Cuando estamos atravesando un dolor, tendemos a pensar que todo está mal.. y no es así. Aun en los momentos más difíciles, hay chispas de luz o pequeñas experiencias que nos generan bienestar. Permitir esas «contradicciones» nos ayuda a ir sanando el corazón. Se pueden expresar así: «Siento un dolor profundo y ni siquiera quiero levantarme, pero sé que cuando camino me siento mejor». Ir integrando emociones y sentimientos contradictorios nos va acompañando en el proceso.

 

4.Evitando la impulsividad.

Las pérdidas profundas pueden llevarnos a tomar decisiones impulsivas e incluso arriesgadas con más frecuencia, pero ese impulso no siempre viene del amor, sino principalmente surge del miedo. Para sanar no necesitamos rapidez, necesitamos calidad. Es por eso que es mejor evitar tomar decisiones o llevar a cabo acciones impulsivas. Es mejor al tener una idea o querer tomar una decisión drástica,  reconsiderarla 24 horas después, y luego nuevamente 48 horas después, y luego además,  comentarselo a un familiar y/o amigo para tener su retroalimentación.

5. Escribiendo

Plasmar en el papel lo que estamos sintiendo puede hacer maravillas. En primer lugar porque inmediatamente nos descarga la mente, y una mente más libre puede tomar mejores decisiones. En segundo lugar porque al ver lo que escribimos, podemos empezar el proceso de reflexión, y allí a lo mejor descubriremos nuevas perspectivas. Todo este proceso nos ayuda a sanar.

 

6.Buscando ayuda

Y por último, pero no menos importante, si realmente estamos teniendo dificultad para sanar, es muy recomendable pedir ayuda. Si, podemos sanar solos, pero acompañados y guiados lo podemos hacer mejor. Los dolores no son cuestión de afán…A veces, las experiencias que vivimos son demasiado difíciles de tratar sin la guía y el apoyo de un profesional. 

 

Por mi propia experiencia sé que experimentar una pérdida genera estados de ansiedad, tristeza y angustia muy difíciles de sobrellevar, es decir, sé lo que implica tener el corazón roto. Pero también sé que lo podemos sanar. Si estás atravesando algún tipo de perdida y necesitas ayuda, no dudes en contactarme. Para mí será un honor acompañar tu proceso de transformación.

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