Tips para sanar el corazón roto

Atravesar un dolor de cualquier tipo es difícil e incómodo. Los sentimientos de dolor y pérdida que vienen con las rupturas, las muertes e incluso las grandes transiciones de la vida pueden hacernos sentir derrotados y, en última instancia, con el corazón roto.

Si bien puede que no sea fácil, siempre hay luz al final del túnel del dolor, y conocer  algunas herramientas  puede ayudarnos a llegar allá. 

Al hacer referencia a sanar el corazón roto, normalmente pensamos en la pérdida de seres queridos y/o relaciones. Pero cómo lo sabrá cualquiera que haya perdido a su mascota, un trabajo o su salud,  el corazón se rompe por muchos motivos. 

¿Por qué se nos rompe el corazón? Estamos naturalmente programados para las relaciones como seres humanos. Desde una perspectiva evolutiva, tener fuertes conexiones con los demás es imperativo para nuestra propia supervivencia. Es por eso que cuando experimentamos la pérdida de una relación cercana, se siente devastador y trascendental, es decir, se nos rompe el corazón.

Cuando nos sentimos emocionalmente cercanos a alguien o  algo, terminamos por sentirnos validados, lo consideramos en nuestro futuro y se vuelve parte de nuestro sentido de identidad. Todo eso desaparece cuando termina la relación, lo que puede ser extremadamente desorientador, ya que el futuro que imaginamos y nuestro sentido de identidad  a través de esa relación desaparecen.

Este tipo de trastorno provoca muchas emociones (como los estados emocionales del duelo: negación, rabia, negociación, depresión etc), pero también pueden causar síntomas físicos. Diversas investigaciones muestran que podemos volvernos esencialmente adictos al amor desde el punto de vista neurológico, e incluso pasar por una «abstinencia» después del fin de un vínculo o relación.

Investigaciones adicionales han empezado a utilizar el término «síndrome del corazón roto», para explicar un tipo de afección cardíaca, que ocurre en medio de un intenso estrés emocional o fisiológico.

¿Cómo podemos entonces empezar a armar nuevamente nuestro corazón?

  1. Aceptar lo que nos duele.

Uno de los errores más grandes que podemos cometer es reprimir o evitar sentir las emociones difíciles que vienen con una ruptura o una pérdida. No hay necesidad de avergonzarse por sentirnos tristes, furiosos o desorientados, y claramente no hay necesidad de sentir que tenemos que ser valientes y poder con todo. De hecho, cuando en mi consulta veo que alguien parece haber avanzado muy rápido después de una pérdida,  en realidad lo tomo como una señal de alerta de que no están realmente procesando lo sucedido.  El problema con esto es que sé por mi propia experiencia, que el dolor no desaparece por evadirlo, y que tarde o temprano saldrá, y lo puede hacer de maneras muy nocivas para nosotros mismos y para quienes nos rodean.

 

  1. Ser compasivos con nosotros mismos.

En la misma línea, es importante «tratarnos bien» mientras atravesamos los momentos difíciles. Todo se reduce a tener compasión por uno mismo. Tratarnos como tratamos a alguien a quien queremos cuando vive una situación difícil, enfocarnos en cosas que nos gustan y que nos alivian, es decir cuidarnos a nosotros mismos durante el proceso.

  1. Tener una red de apoyo

Si bien es posible que hayamos perdido a alguien o algo,  la verdad es que siempre hay más personas a nuestro alrededor dispuestas a apoyarnos. Familiares, amigos,  terapeutas o incluso libros, pueden acompañarnos y hacer el proceso más llevadero.

Esta red no sólo ayuda a evitar el aislamiento total, a escondernos del mundo, sino que puede actuar como una caja de resonancia, un sistema de apoyo o simplemente una compañía cuando lo necesitemos.

  1. Crear hábitos y rutinas saludables.

Puede parecer un desafío empezar a crear rutinas saludables cuando atravesamos un momento emocionalmente turbulento, pero es aquí cuando esos hábitos saludables realmente marcan la diferencia. Siempre resalto la importancia de hacer ejercicio (¡hola, endorfinas!), Comer bien y planificar actividades que disfrute. Cuando estamos saludables somos mucho más capaces de lidiar con lo que está sucediendo.

  1. Evitar la impulsividad.

Las pérdidas profundas pueden llevarnos a tomar decisiones impulsivas e incluso arriesgadas con más frecuencia. La intensidad del anhelo de sentir nuevamente lo que perdimos nos puede llevar a tomar decisiones equivocadas.

  1. Escribir.

Escribir sobre lo que estamos experimentando puede hacer maravillas. Dejar salir todo lo que tenemos en la cabeza y plasmarlo en el papel ayuda a liberar emociones y a darle perspectiva a todo lo que estamos sintiendo.

  1. Consultar con un especialista

Y por último, pero ciertamente no menos importante, si realmente estás luchando y te sientes muy mal y desorientado, considera algún tipo de acompañamiento. A veces, estas cosas son demasiado para tratar sin la guía y el apoyo de alguien especializado. 

Sea cual sea el motivo, se por mi propia experiencia lo difícil y doloroso de tener el corazón roto. Pero también sé que el momento más oscuro no dura para siempre, si nos permitimos sanar el dolor. Si bien se necesita tiempo (y paciencia) para sanar, en el proceso habrás aprendido algo sobre ti mismo, habrás crecido como persona y habrás reforzado tu propia capacidad de recuperación. Si sientes que necesitas guia y acompañamiento en el proceso, no dudes en contactarme. Para mí será un honor acompañar tu proceso de transformación.

 

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