Desde la muerte de mi hija soy consciente del impacto que las fechas especiales tienen en nosotros los dolientes. La época de navidad y fin de año puede significar un reto adicional, ya que aparentemente el mundo entero está en modo de alegría y celebración, mientras nosotros podemos estar rotos por dentro.
Si bien cada pérdida es única, y cada uno tiene total derecho de decidir con qué se siente cómodo, les comparto 5 recomendaciones que he implementado yo misma y que pueden ayudar a sobrellevar esta época, a la vez que nos permitimos hacer un duelo consciente:
1. Entender que las emociones «contradictorias»pueden convivir: Por lo general creemos que por estar en duelo solo debemos estar tristes, que la tristeza debe ser permanente y absoluta. Si bien esta fecha en particular puede hacer más evidente la nostalgia, y generar detonantes de dolor; también es posible, y se vale, sentir agradecimiento, ilusión y darse un respiro.
2. Crear nuevas tradiciones: La navidad y el fin de año en duelo sin duda no serán iguales a como eran antes de nuestras pérdidas, pero se pueden empezar a celebrar diferente. Dejar de celebrar del todo puede quitarnos la posibilidad de alivianarnos un poco. La solución puede estar en el medio: ni trato de vivir estas fechas como si nada, pero tampoco las dejo pasar en vano. Puedo darle un nuevo significado a la navidad, crear una nueva tradición que implique recordar a quien ya no está con nosotros, hacer un ritual en familia que llene de significado el día, a la vez que nos permita honrar nuestra pérdida.
3. Programar los días con antelación, pero ser flexibles: No se trata de hacer una planeación rígida, pero sí de saber desde antes que actividades nos harían sentir cómodos y compartirlo con nuestros familiares y amigos cercanos, para darnos una idea de cómo pasaremos estas fechas. No debe ser una camisa de once varas pero sí una guía que ayudará a bajar la ansiedad de unos días que ya, de por sí, son complicados emocionalmente.
4. No caer en la «presión social»: Es una época que socialmente invita a estar felices y unidos, y se muestra perfecta. Vemos luces, decoración, fotos de celebraciones y reuniones «ideales». Pero la realidad no es así, y no debemos presionarnos para nada. No caigamos en la comparación: es más acertado centrarnos en nosotros y nuestro proceso, y saber que aunque nuestra celebración este año no sea para publicar en redes sociales, puede estar llena de sentido y significado para nosotros y lo que estamos viviendo.
5. Reflexionar: dedicar un rato a reflexionar acerca de los aprendizajes que han quedado de este año. Esos aprendizajes nos permitirán ver que hasta los dolores más profundos pueden dejar lecciones y así se creará una energía de agradecimiento que ayudará a pasar los día con otra actitud y a ver las cosas desde otra perspectiva.