Cuando estamos en duelo, fechas especiales como la navidad y el año nuevo pueden sentirse densas, tristes o por lo menos confusas. En general las fechas especiales son un detonante de dolor emocional: nos hacen evidente la pérdida y el dolor.
Aunque no pretendo que estos sentimientos desaparezcan, si he encontrado que una forma de atravesar esta época de una manera más liviana y amorosa con nosotros mismos, es darles un nuevo significado.
En sí misma. La palabra navidad significa nacimiento. Podemos entonces aprovechar estas fechas para un nuevo nacimiento interior, para crear nuevas emociones, experiencias y por qué no, nuevas tradiciones, así lograremos, sin negar el dolor que llevamos dentro, transitar estas fechas que aunque llenan de nostalgia también ofrecen una energéa de unión y esperanza.
Se vale resignificar estas fechas haciendo una planeación anticipada. Los invito a reflexionar sobre cómo les gustaría abordar esos días. ¿Quieres pasarlos en soledad para reflexionar, o prefieres estar rodeado de amigos y familiares? Tener un plan puede darnos un sentido de control sobre la situación y con ello minimizar la ansiedad que nos pueda estar generando.
Se vale resignificar estas fechas Honrando la memoria de quien ya no está. Podemos encender una vela, crear un altar con fotos y objetos significativos, o participar en una actividad que solía disfrutar esa persona. Así, le damos un espacio pero con un nuevo significado: recordar y honrar.
Y finalmente, se vale resignificar estas fechas creando nuevas tradiciones o ajustando las que hacíamos: A veces, es útil establecer nuevas tradiciones que nos ayuden a sobrellevar el cambio. Esto no significa olvidar, sino encontrar maneras de incorporar la pérdida a la vez que construimos nuevas experiencias que nos llenen de significado.
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