Cuando estamos atravesando un duelo de cualquier tipo, muerte de ser querido, divorcio, diagnóstico, despido en fin, adicional a la pérdida en sí misma, que ya es más que suficiente, nos vemos enfrentados a desafíos adicionales que no esperábamos y que no son fáciles de identificar y resolver: alteraciones de sueño y alimentación, sentido de pérdida de identidad, tener que asumir nuevos roles o responsabilidades entre otros. Son hechos y situaciones que no esperábamos y que ni siquiera queremos o entendemos. Por eso cuidarnos y hacer cosas por nosotros es fundamental.
Hay muchas maneras de apoyarnos durante un duelo. ¿Qué podemos hacer para cuidarnos a nosotros mismos? Les comparto un par de ideas simples:
- Es fundamental tener una persona segura con quien «descargar» nuestros sentimientos y miedos. Hablar, compartir historias, sucesos, miedos y preguntas es clave!! Si no sacamos esos pensamientos con nadie se terminan acumulando y complican más nuestro duelo. A Veces no encontraremos soluciones inmediatas, pero tener con quien descargarnos nos ayuda a liberar cargas emocionales y energía de dolor. Ojo debe ser alguien de total confianza, ideal un terapeuta para que les pueda dar herramientas, estrategias y más importante aún una escucha activa, y compasiva. Recordemos que no cualquiera puede ser un buen oyente o tendrá la aptitud para entender.
2. Crear rituales propios. Al final del día, ayuda mucho tener un ritual que libere lo que ha ocurrido. Cada quien verá si le sirve más de noche o de día o los dos, pero la idea es tener un espacio de liberación y conexión con uno mismo. Puede ser en la ducha, en tu mente, lava toda la energía y limpia las emociones. Imagina que el agua comienza en tu cabeza y se lleva toda la carga emocional mientras se desliza por tu cuerpo y por el desagüe. ¡Es ideal acompañar este espacio con esencias! Otra opción es tener un espacio pequeño en la casa, y poner flores y una vela. Mientras prendes la vela, bendices tu día, pides luz y energía,
Estas son solo un par de ideas. La invitación es a que creen su propio ritual. El objetivo es cuidarnos y darnos un espacio de asimilación y liberación para recargar energías.
Durante los duelos es difícil recordar cuidarnos a nosotros mismos. No parece haber tiempo para eso, pero si no intentas al menos ponerte «tu propia máscara de oxígeno» no obtendrás lo esencial que necesitas para continuar.
Estamos llevando cargas, miedos, confusión y muchas emociones (ya seamos conscientes o no), y ese exceso de adrenalina termina cobrando factura por lo que cuidarnos no es un lujo sino una necesidad.