Los dolores emocionales, independientemente de qué los motive, deben tomarse en serio. No se trata de que la vida siga o que uno sea valiente. Se trata simplemente de que el dolor duele. Puede ser muy difícil identificar cuando alguien a quien queremos está triste y deprimido.

No está normalizado sentir dolor emocional y por eso nos victimizamos o lo evadimos. En los dos casos, caemos en el riesgo de no saber identificar asertivamente el dolor del otro y con ello podemos dejarlo pasar, hasta que termina derivando en depresiones, ansiedad y otros tipos de trastornos más complejos de sobrellevar y tratar. Entonces, si alguien a quien queremos no nos  dice que está en dolor emocional, ¿Cómo podemos saberlo? 

Cuando alguien está atravesando un duelo o está en un estado de tristeza profunda, no siempre lo hace manifiesto. Pero por lo general,  puede experimentar alguno de estos comportamientos:

• Pérdida de interés en cosas que normalmente le gustan.
• Alteraciones de sueño: dormir más o menos de lo normal
• Alteraciones alimenticias:  perder o incrementar el apetito
• Alteraciones emocionales: tener cambios drásticos de humor
• Aislamiento
• Cambio de grupos sociales y amigos
• Adicciones
• Problemas para tomar decisiones o concentrarse. 

Algunas personas pueden llegar a estar crónicamente deprimidas y otras pueden estar sólo momentáneamente deprimidas, es decir profundamente tristes por una situación, más no en estados que los lleven al descuido o a pensar en atentar contra ellos mismos o alguien más. Pero en cualquiera de los dos casos es fundamental hacerlos sentir acompañados y ayudarlos a buscar opciones. 

La depresión y el dolor emocional se pueden presentar de muchas maneras y es posible que nuestro ser querido no tenga todos los signos o síntomas. Pero si empezamos a evidenciar algunos de los cambios que mencioné antes, así como cambios notables de comportamientos y presentación física, debemos prender las alarmas y buscar ayuda, porque lo más probable es que esté atravesando un dolor emocional. 

No siempre es evidente que alguien la está pasando mal, muchos dolores pueden pasar desapercibidos aun para personas muy cercanas. Por eso, identificar estos cambios puede ser transformador. En los casos de dolor emocional, la ayuda terapéutica nunca sobra. Si un dolor emocional se gestiona a tiempo, puede convertirse en un proceso transformador, es por eso que  ofrecer la posibilidad de un acompañamiento es siempre una buena idea.  

Si quieres conocer más acerca de mi oferta de acompañamiento no dudes en contactarme,  para mí será un honor acompañar tu proceso de transformación.